La participación de la provincia de Mendoza en los sucesos revolucionarios de 1810 a través de su representante, Manuel Ignacio Molina

 

 

Los sucesos ocurridos en mayo de 1810 en Buenos Aires con la formación de la Junta de Gobierno repercutieron en la vida política de Mendoza, que fueron vistos como signos importantes de cambios al cual adhirieron desde los primeros tiempos.

Manuel Ignacio Molina fue un mendocino de actuación destacada durante el proceso de revolución e independencia en su provincia natal. En setiembre de 1810 fue elegido Diputado por Mendoza para incorporarse a la Junta de Buenos Aires, donde llegó y se integró como miembro de la Junta Grande, allí sostuvo la defensa de la justicia, la autoridad, la religión y la familia como bases fundantes de la sociedad y de la política que se imponían en el nuevo proceso revolucionario, se destacó con perfiles propios con una actuación atinada y dinámica al propagar el federalismo nacionalista que brotaba del seno de la Junta Grande. Con la llegada de San Martín a la Gobernación Intendencia de Cuyo, Manuel Ignacio Molina colaboró activamente por la causa de la independencia y la formación del Ejército de los Andes.

A través de nuestras páginas indagamos las  etapas más importantes de la vida privada y pública del Diputado Manuel Ignacio Molina, basándonos de modo especial en el rescate de la obra escrita por el Teniente Coronel Raúl Aguirre Molina “El Licenciado Manuel Ignacio Molina ”, enriquecida con el aporte de documentos, testimonios y bibliografía específica sobre el tema, permitiéndonos además revisar el momento histórico protagonizado por la provincia de Mendoza desde mayo de 1810 en adelante.

 

 

DIPUTADO  POR MENDOZA EN LA JUNTA GRANDE

El 25 de mayo de 1810 el Cabildo de Buenos Aires, entre otras medidas había convocado a los Cabildos de las provincias del interior a que eligieran sus representantes para reunirse en la Capital para establecer la forma de gobierno. El 27 de mayo la Junta Gubernativa de Buenos Aires dirigió las provincias del interior una Circular que afirmaba que los Diputados electos se irían incorporando a la Junta de Gobierno, conforme y por el orden de su llegada a la Capital.

El Cabildo de Mendoza, el 22 de setiembre de 1810 convocó a elegir un Diputado, en reemplazo del fallecido Ortiz,  resultó electo por mayoría el Licenciado Manuel Ignacio Molina. El 9 de octubre de 1810 la Junta de Buenos Aires aprobó la elección como Diputado de Manuel Ignacio Molina y a principios de diciembre de 1810 ya estaba incorporado como miembro de la Junta de Gobierno  en Buenos Aires.  Era la primera vez que se encontraban provincianos y porteños, desde donde surgieron también las diferencias notorias que tenían ambos en cuanto al concepto de gobierno y de federalismo.  La nueva Junta de Gobierno inició su gobierno el 18 de diciembre de 1810, el primer paso hacia la unión nacional y la primera expresión del federalismo de las provincias del interior que llegó a Buenos Aires. En el gobierno desarrollado por la Junta Grande se destacó el Diputado por Mendoza, Molina a través de la defensa vehemente de los derechos de las provincias del interior, representando fielmente los intereses de su provincia natal.

No obstante los problemas políticos e ideológicos que se generaron en el interior de la Junta Grande, el Diputado Manuel Ignacio Molina en ninguna ocasión dejó de lado las necesidades e intereses locales, por ello logró la sanción de importantes resoluciones que beneficiaban de modo directo a la provincia de Mendoza. En primer lugar, la Junta aprobó la sanción de impuestos destinados a mantener los fuertes de San Rafael y de San Carlos para la defensa de la frontera sur de Mendoza. La Junta de Gobierno aprobó la sanción de un impuesto que se aplicaba a todos los productos que se ingresaban desde Perú o Chile hacia la provincia de Mendoza, como cobre, cacao, azúcar, chocolate, pólvora, bayetas, almendras y ajíes, entre otros productos. 

En segundo lugar, la Junta aprobó imponer un gravamen de medio real por cada aparejo a los arrieros chilenos, que realizaban el transporte de mulas, para la conservación de los puentes y acequias de regadío. En tercer lugar, el Diputado Manuel Ignacio Molina confeccionó un informe a la Junta respondiendo al pedido del profesor de medicina José de Sancho Abech , relacionado con la autorización para la instalación de una fábrica de destilería con alambiques para producir alcohol. Además pedía la disminución de los impuestos sobre los licores que se comercializaban desde Mendoza hacia el resto de las provincias. La Junta de Gobierno aprobó el informe presentado por el Diputado Molina y accedió a disminuir los impuestos sobre los licores mendocinos para promover su producción y comercio.

La Junta Grande en su corta existencia trató de resolver cuestiones de orden político y militar, no obstante las incidencias y diferencias que se producían en el interior de la misma repercutieron en la provincia de Mendoza, como consecuencia de esto en mayo de 1811 estalló un conflicto local entre los partidarios y los opositores de la incorporación del Diputado Manuel Ignacio Molina a la Junta de Buenos Aires, de inmediato surgieron en la provincia los amigos y enemigos del Diputado Molina, pero también fue el comienzo de las divisiones partidistas locales en Mendoza.  El Diputado Manuel Ignacio Molina no tuvo la intención de intervenir directamente en este conflicto en Mendoza, ni tampoco tenía ambiciones de confrontación política, en consecuencia al enterarse en Buenos Aires de los incidentes ocurridos en su provincia natal, dirigió en agosto una nota al Cabildo de Mendoza y a la Junta Subalterna presentando su renuncia como Diputado ante la Junta Grande.

Este conflicto provocado por rivalidades políticas llegó hasta la Junta de Buenos Aires, donde fueron remitidos el 16 de setiembre de 1811 todos los antecedentes por parte de la Junta Subalterna de Mendoza, para que la misma se expidiera y solucionara este enfrentamiento.  Pero la Junta no alcanzó, en su corta existencia a adoptar providencia alguna sobre el conflicto de Mendoza y pasó a resolución al Primer Triunvirato y de allí al Fiscal Interino, doctor Elía que emitió un dictamen por el cual manifestó que Manuel I. Molina quedaba absuelto de cualquier intento de responsabilidad en el enfrentamiento partidista local.  No obstante esta decisión, Molina consideró que su renuncia era de carácter indeclinable y el 5 de diciembre de 1811 regresó a su provincia natal.

 

CONFLICTOS POLITICOS LOCALES

De regreso a la provincia de Mendoza, Manuel Ignacio Molina se encontró con grandes cambios en el ambiente social de su provincia natal, por un lado el Cabildo y la Junta Subalterna estaban enfrentados en sus posiciones y por otro lado, el Cabildo de Mendoza había festejado la disolución de la Junta Grande y la constitución del Primer Triunvirato, lo que significaba que muchos de sus antiguos amigos del Cabildo ahora se habían convertido en enemigos y opositores, tanto ideológicos como políticos, hasta llegar a sufrir la persecución por los miembros del cuerpo capitular.

Manuel I. Molina decidió alejarse de las turbulencias de la vida política y junto a su esposa, Margarita de Molina y Sotomayor, se trasladaron a una residencia rural de su propiedad. Estando allí dedicado a las actividades productivas y comerciales a fines de julio de 1812 fue sorprendido por una orden de prisión emitida por el Cabildo, acusándolo de conspiración contra la Patria, afirma Raúl Aguirre Molina que esta injusta acusación tenía como motivo los acontecimientos entre el pueblo y el gobierno y como consecuencia la posterior deposición del Teniente de Gobernador, José Bolaños . De inmediato fue trasladado como prisionero a la provincia de San Luis. Desde la prisión, Manuel Ignacio Molina en defensa propia, envió una carta al Gobierno central del Triunvirato con una larga exposición, donde recordaba sus antecedentes como patriota y su actuación en Mendoza y San Juan a favor de los sucesos ocurridos el 25 de mayo de 1810 en Buenos Aires. El gobierno del Triunvirato atendió al petitorio de Molina y lo juzgó con los demás antecedentes que obraban en su poder, de inmediato fue dejado en libertad y retornó a su propiedad rural.

 

AMIGO DEL GENERAL SAN MARTIN. Sus últimos años de vida en defensa de los intereses de Mendoza

En setiembre de 1814 llegó a Mendoza, el general José de San Martín nombrado Gobernador Intendente de Cuyo, desde los primeros días de su llegada se inició una verdadera amistad entre éste y Manuel Molina. El 2 de octubre de 1815 Manuel Ignacio Molina retornó a la vida pública como Procurador Síndico del Cabildo de Mendoza, en reemplazo del doctor Tomás Godoy Cruz. El general San Martín planteó la necesidad de enviar a un delegado ante el Gobierno central del Directorio que representara las necesidades urgentes de recursos que tenía para lograr su propósito de preparar un ejército, cruzar los Andes y llevar adelante la reconquista de Chile. De inmediato se reunieron los tres Cabildos de las provincias de Cuyo y eligieron de común acuerdo al Licenciado Manuel Ignacio Molina como representante ante el Directorio. 

El 16 de diciembre de 1815 Manuel Ignacio Molina presentó sus credenciales ante el Gobierno Central  y elevó una extensa nota explicando los motivos de su misión, aunque la respuesta fue negativa, Molina contestó con otra comunicación explicando detalladamente el plan de defensa y ataque contra los españoles que debía realizar el Ejército de los Andes, nuevamente el 9 de enero de 1816  presentó al Director Supremo una extensa comunicación insistiendo enérgicamente en la necesidad de proporcionar los recursos económicos y materiales para la reconquista de Chile y evitar el avance por el frente Oeste, el Director Supremo aprobó el envío de recursos en dinero, materiales, ganado y tropas para ponerse bajo las órdenes inmediatas del general José de San Martín en Mendoza. En marzo regresó a su provincia, con su salud gravemente deteriorada y pidió a los Cabildos de Cuyo el reemplazo para continuar con la gestiones en Buenos Aires, fue designado como Delegado Ignacio Correa.

 

Manuel Ignacio Molina, luego de ocupar diversos cargos públicos en Mendoza, falleció el 28 de octubre de 1828  a los 70 años, su cuerpo fue sepultado en el interior del Convento de Santo Domingo de la Ciudad de Mendoza.    

 

 

 

 

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MANUEL IGNACIO MOLINA. Sus orígenes

Manuel Ignacio Molina provenía de raíces españolas, descendía de los primeros conquistadores de Chile, su bisabuelo Gerónimo de Molina había llegado a esas tierras junto a García Hurtado de Mendoza y Manrique, Marqués de Cañete . En Mendoza el apellido Molina se desarrolla a partir del año 1600 con el Maestre de Campo Juan de Molina y Vasconcelos que actuó como Corregidor de Cuyo y fue padre del Maestre de Campo Juan Gregorio de Molina y Vasconcelos y abuelo de Manuel Ignacio Molina. Durante los siglos XVII y XVIII fueron varios los Molina que actuaron en Mendoza ocupando distintas funciones en el ejército, en el gobierno, en la iglesia, en la minería y también en el cultivo de la tierra y producción de vinos. 

Manuel Ignacio Molina era hijo del Maestre de Campo Juan Gregorio de Molina y Vasconcelos y de Josefa Ventura de Videla , nació en Mendoza el 1 de enero de 1759 . Realizó sus primeros estudios en los colegios de Mendoza y los completó en Córdoba, luego se graduó el 28 de abril de 1784 como Licenciado en Cánones y Leyes, en la Universidad de San Felipe en Chile, regresó a su provincia natal para dedicarse al ejercicio de su profesión y a la actuación política. Más tarde se casó con su sobrina Margarita de Molina y Sotomayor, hija de su hermano Francisco Xavier Molina y hermana del Presbítero Manuel, de Melchor, de Norberta y del general Pedro Molina, que fue tiempo después Gobernador de la provincia de Mendoza. Ambos fallecieron sin tener descendencia.

 

 

 

 

 

 

SABÍAS QUE… La Junta Grande en su corta existencia trató de resolver cuestiones de orden político y militar  

 

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